En la novela RECUERDO DE LAS COSAS PASADAS de Marcel Proust, el hecho primordial de vivir un ambiente y absorber aquellas imágenes en la memoria crea un juego de reconocimiento. Al experimentar podemos recordar el tiempo perdido; tal y como ha escrito Proust: “la realidad toma forma sólo en la memoria.”1 Sustancias corpóreas e incorpóreas se evocan en la memoria del hombre en el momento en que él capta su ambiente.
Buscar el tiempo perdido en Murcia, va más allá de evocar tradiciones folklóricas o el Mar Mediterráneo. Vivencias asociadas a sensaciones como la fragancia del azahar impregnando el aire, la luz anaranjada abrazando las montañas al atardecer, la brisa cálida acariciándonos la cara en las noches de verano, el color gris y la peculiar textura de los troncos de los olivos, los patios que consiguen atrapar la sombra durante el día, o la gente que sale a la calle con sus sillas para entablar conversación con sus vecinos, llegan a la memoria profunda.
Son impresiones de una relación sensible entre el sujeto y el objeto. En términos de la proyección del CENTRO AlzheimUr, se puede argumentar que la creatividad está enlazada en relación dialéctica con dos aspectos opuestos de la memoria. Es decir, lo nuevo, está formado por la interacción entre lo consciente y el subconsciente, interacción que viene dada por el hecho de vivir. Dentro de lo nuevo se encuentra una memoria ancestral de algo que hay que preservar, además de una reflexión. Una elaboración de las cosas preexistente se mantiene dentro nosotros y establece una tradición.
1. Proust M. (1982) Remembrance of Things Past, Volume 1, Swann's Way, Within a Bidding Grove. Vintage Books, New York, p. 201.
Buscar el tiempo perdido en Murcia, va más allá de evocar tradiciones folklóricas o el Mar Mediterráneo. Vivencias asociadas a sensaciones como la fragancia del azahar impregnando el aire, la luz anaranjada abrazando las montañas al atardecer, la brisa cálida acariciándonos la cara en las noches de verano, el color gris y la peculiar textura de los troncos de los olivos, los patios que consiguen atrapar la sombra durante el día, o la gente que sale a la calle con sus sillas para entablar conversación con sus vecinos, llegan a la memoria profunda.
Son impresiones de una relación sensible entre el sujeto y el objeto. En términos de la proyección del CENTRO AlzheimUr, se puede argumentar que la creatividad está enlazada en relación dialéctica con dos aspectos opuestos de la memoria. Es decir, lo nuevo, está formado por la interacción entre lo consciente y el subconsciente, interacción que viene dada por el hecho de vivir. Dentro de lo nuevo se encuentra una memoria ancestral de algo que hay que preservar, además de una reflexión. Una elaboración de las cosas preexistente se mantiene dentro nosotros y establece una tradición.
1. Proust M. (1982) Remembrance of Things Past, Volume 1, Swann's Way, Within a Bidding Grove. Vintage Books, New York, p. 201.
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